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Sistemas heredados: desafíos y oportunidades en la era digital

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Data center de una empresa que usa sistemas heredados

En el vertiginoso mundo de la tecnología, todo evoluciona de forma constante, y los programas y sistemas informáticos no son la excepción. Muchas organizaciones, tanto públicas como privadas, tienen que lidiar con aplicaciones y sistemas heredados, también conocidos como «legacy systems». Estos sistemas informáticos antiguos, que en su momento fueron innovadores y se convirtieron en herramientas imprescindibles en el día a día de la organización, ahora presentan limitaciones patentes y obstáculos significativos para la adaptación a las demandas de la era digital. La migración hacia programas más modernos representa muchos desafíos y también algunas oportunidades.

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Uno de los principales motivos que tienen muchas empresas para mantener sistemas heredados es la amortización de la inversión inicial. Muchas organizaciones han dedicado recursos considerables para desarrollar y mantener estos sistemas a lo largo de los años, formar a la plantilla en su uso y, a menudo, obtener certificaciones. Reemplazarlos por completo puede resultar costoso y arriesgado, especialmente si el retorno de inversión no está garantizado a corto plazo.

Otro motivo para continuar empleando sistemas heredados es su estabilidad. Estos programas han sido probados en el tiempo, se han ido adaptando a las necesidades de la operativa diaria de la empresa y han demostrado su fiabilidad en el pasado. Los directivos, especialmente en aquellos sectores en que la seguridad de los datos es más importante, como la banca o la salud, valoran la estabilidad y la consistencia. Migrar toda la información a nuevas plataformas es un proceso complejo que podría representar riesgos operativos significativos, algo que se ve acrecentado por la ausencia de especificaciones con las que replicar el entorno que se lleva usando años.

Sistemas legacy: un foco de problemas

A pesar de los motivos señalados, los sistemas heredados representan desafíos considerables. Uno de los mayores inconvenientes es su falta de flexibilidad. En el entorno empresarial, donde la agilidad es clave y las organizaciones se ven abocadas a adaptarse continuamente a las nuevas tendencias tecnológicas y de consumo para seguir siendo competitivas, los sistemas heredados pueden convertirse en un obstáculo para la innovación. La incapacidad para integrarse con tecnologías emergentes limita la capacidad de las compañías para adaptarse con suficiente rapidez a los cambios del mercado.

La seguridad, pese a la estabilidad que ofrecen los sistemas heredados, también es una preocupación importante. Con el aumento de las amenazas cibernéticas, las plataformas legacy pueden representar un riesgo significativo. La falta de soporte y actualizaciones y la obsolescencia de sus defensas pueden convertirlos en blancos atractivos para los ciberdelincuentes, poniendo en peligro la seguridad de los datos y la continuidad de las operaciones.

Una solución a medias

Para abordar estos desafíos, muchas empresas optan por estrategias de modernización en lugar de una migración completa. La modernización implica la actualización gradual de los componentes del sistema, la adopción de arquitecturas basadas en la nube y la mejora de la seguridad. Esta estrategia permite a las empresas mantener la estabilidad de sus sistemas existentes mientras incorporan gradualmente nuevas tecnologías.

Además, las empresas deben considerar la interoperabilidad. Integrar sistemas heredados con nuevas soluciones tecnológicas puede ser complicado. La implementación de estándares de interoperabilidad, la definición de especificaciones para el nuevo sistema y el desarrollo de interfaces eficientes son pasos esenciales para garantizar una transición suave y eficaz.

Por último, no se puede obviar la necesidad de formar adecuadamente a los trabajadores en el uso de los nuevos sistemas. Es posible que una gran parte de las personas del equipo lleven muchos años realizando sus tareas diarias con el software que va a ser reemplazado, por lo que el cambio puede afectar a su productividad si no se dedican recursos a la capacitación necesaria para dominar la nueva herramienta.

Migraciones graduales: la oportunidad en el cambio

Podríamos decir, en definitiva, que trabajar con sistemas heredados tiene sus pros y contras. La inversión inicial, la estabilidad y la fiabilidad son puntos a favor. Sin embargo, la escasa flexibilidad, la falta de actualizaciones y los correspondientes riesgos en materia de seguridad son desafíos importantes, especialmente si consideramos que antes o después va a ser necesario llevar a cabo una migración.

La modernización gradual, aun con las dificultades que conlleva, emerge como una estrategia efectiva para abordar estos problemas, permitiendo a las empresas seguir siendo competitivas al mantener lo mejor de ambos mundos: la estabilidad de los sistemas heredados y la capacidad de adaptarse a las demandas cambiantes de la era digital. La clave radica en encontrar el equilibrio adecuado entre la preservación de la inversión existente y la preparación para el futuro.